Este trabajo se hizo en poco tiempo porque la dueña quiso dar una sorpresa a su marido.
Tras solicitar permisos en el puerto, se decoró el barco con detalles muy elegantes y se iluminó.
En el muelle se instaló una carpa pequeña para servir el catering y un trío de cuerda que amenizó la velada.
Era un espectáculo.