Dimos muchas vueltas para encontrar el espacio idóneo para esta boda, pero cuando Natalia entró en el Club Náutico de Aguadulce lo tuvo claro, las vistas eran insuperables, y el servicio de restauración excelente.
El propio espacio nos pedía el estilo marinero del norte, con rayas azules marinas, faroles, maderas y detalles exquisitos. Como había que ocupar con mesas el espacio del bar hicimos unos biombos de madera que parecían casetas de playa. Cosimos manteles de rayas, preparamos troncos de madera que servían de base a unos preciosos centros de hortensias. Todo muy cuidado. El mesero eran ciudades del mundo que los novios habían visitado. Se preparó un rincón de sushi, un rincón alemán, una mesa de quesos…Para las copas se montó un carrito de gin tónics y un glamuroso photocall.
Además la novia regaló zapatillas de la india que se presentaron en un original rincón hindú, con ricas telas, alfombras y pufs. Música de jazz para el cóctel, un grupo de Sevilla para el baile y un DJ hasta el amanecer pusieron la guinda a la boda.